La producción de estos combustibles hechos a base de plástico es gracias a un proceso de Pirolisis no Catalítica o Ingeniería reversa el cual se realiza en ausencia de oxígeno. No se quema plástico, se realiza un proceso de gasificación cerrado. Se transforman los residuos plásticos de su estado original sólido a gaseoso, para así poder condensarlo mediante un proceso cuántico innovador a partir de la longitud de la cadena de carbonos de cada combustible, obteniendo productos de mejor calidad que los combustibles fósiles actualmente utilizados.